I
Oye, ¿me conoces? ¿Sabes algo de mí? Seguro que te han hablado de
eso que hablan todos, de... ya sabes, la sensación esa de... bueno, algo te
habrán dicho, ¿no? Sé que sí. No lo ocultes. Algo te han dicho, pero tranquilo,
¿qué hay de malo en eso? ¿Acaso lo has elegido? Son cosas que pasan, ¿no?
No me gusta hablar de la gente, pero qué le voy a hacer. Estáis
todos perdidos. No sabéis lo que queréis, andáis por andar y vivís por vivir.
Muchas de vuestras vidas no tienen sentido alguno, odiáis por odiar, porque se
odia y punto, queréis pidiendo algo a cambio, respetáis sólo si el respeto
entra dentro de vuestros límites, amáis sólo en parte, no os entregáis
totalmente, vivís disimulando.
Os pasáis la vida entera queriendo ser diferentes y ese es vuestro
gran error. ¡El gran error de querer algo que no quieres! Qué pérdida de tiempo
y qué absurdo... qué absurdo tiene que ser vivir pensando en lo que quieres ser
sin prestar atención a lo que de verdad te cautiva, a lo que de verdad sientes
en lo más profundo de ti. Me alejo de todos vosotros, no os necesito en mi
vida. Suena cruel, pero es así. Os refugiáis en vuestro dolor y cuando vais a
saltar al vacío para sentiros vivos os cortáis las alas para sentiros seguros
de que sabéis algo. ¡Sabéis que acabaréis muertos y aún así desperdiciáis la
vida! Lo único que vosotros y yo tenemos en común es que ambos sabemos que la
muerte llegará. Más allá de eso, nada. No, lo siento. No hay nada.
Para no acabar como vosotros, elegí crear un sendero propio, en
soledad, desde donde poder observar el mundo y amarle en la distancia, sabiendo
que sólo yo soy el dueño de mi propio camino observando lo que tengo a mi
alrededor. Sigo en el camino y seguiré siempre. Y seguiré cometiendo fallos. Y
seguiré buscando lo que me hace feliz. Y seguiré, y seguiré... Para siempre. No
hay muerte que pueda parar mi fuerza. Soy el amo y el esclavo. Hago de mi vida
una obra de arte pero sé que la vida está por encima de mí. Vivo en ese punto
medio de saber que soy y a la vez dejo de ser. Respeto mi amor por la vida por
encima de cualquier cosa para estar en conexión con el mundo, la naturaleza y
los seres.
Y ahora todos decís estar aquí. ¡Callaos! Dejar de mentir, aquí no
hay nadie, no estáis. ¡Yo sí que estoy, mirarme! Sigo luchando por querer a las
personas sin exigirles nada a cambio, sigo en el sendero que yo mismo elegí,
respetando los grandes consejos y las grandes enseñanzas de mi maestro,
adquiriendo nuevas herramientas con el paso de los años y enorgulleciendo mi
espíritu cada vez que saboreo el gusto de lo que significa de verdad vivir. ¡Vivo
por mí, por lo que siento! Y por ello brindo. Porque estoy vivo y preparado
para morir. Me regocijo en la vida y escucho. Tan sólo escucho. Y a veces
escribo.